miércoles, 30 de noviembre de 2011

Diario HOY


CÁCERES

Santiago se moviliza para exigir más vigilancia y limpieza

Los vecinos de la plazuela recogen firmas para combatir las pintadas y los orines en la vía pública

30.11.11 - 00:04 -
Cansados del lamento, han pasado a la acción. Vecinos y empresarios del entorno de la Plazuela de Santiago han iniciado una campaña de recogida de firmas para hacer una llamada de atención al Ayuntamiento. Quieren más limpieza en la zona. Y más vigilancia. Están hartos del botellón ilegal, de los excrementos caninos que salpican este enclave del casco histórico, de las pintadas que afean sus fachadas (incluso la de la propia iglesia, del siglo XIII) y, sobre todo, de los orines en la vía pública.
Situadas a escasos metros de la Plaza Mayor, Santiago y sus calles cercanas amanecen cada fin de semana regadas de pis. La situación empeora cuando la Plaza acoge citas como el festival Womad o las novatadas universitarias. «Hoy en día y con cualquier evento lúdico multitudinario celebrado en la Plaza, especialmente en los que se generaliza el consumo de alcohol, las calles aledañas sufren el ataque masivo de los asistentes a dichos eventos, ocasionando destrozos, suciedad y actos incívicos hasta límites insospechados. Los ríos de orines son infranqueables, el olor es nauseabundo y la pérdida de pudor de los infractores es bochornosa», detalla el escrito que acompaña a la hoja de firmas.
«Lo más indignante es que esto se produce, en muchas ocasiones, a escasos metros de las fuerzas de seguridad, siendo éstas incapaces de controlar tales actos vandálicos o sancionar a los autores, aunque se denuncien los hechos», prosigue la nota. Guadalupe Martín pone voz a estas quejas. Regenta el pequeño establecimiento de alimentación situado en la Plazuela de Santiago. Dice que ha dejado de pintar la fachada de su tienda porque está harta de que los grafitis aparezcan sobre la pared recién encalada. «Una de las tardes de las novatadas tuve que cerrar el comercio. Era horroroso el olor a pis que había en la plazoleta. La gente orinaba entre los contenedores», detalla la tendera. «Yo no estoy en contra de las novatadas ni de las fiestas. La juventud se tiene que divertir. Lo único que pido es que haya un poco más de civismo», reflexiona.
La tienda de Guadalupe es uno de los puntos de recogida de firmas. Desde aquí se enviarán al Ayuntamiento para solicitar que se incremente la vigilancia en la zona. Ana Blanco reside en la calle Moreras, que une Muñoz Chaves con Nidos. Su fachada suele ser blanco de los orines durante los fines de semana. Hasta aquí llegan los jóvenes que salen de marcha por el entorno de la Plaza Mayor. «A partir del jueves es insoportable. No se puede dormir del escándalo que hay. Y el olor a pis es horrible. Lo primero que hago los viernes y los domingos por la mañana es asomarme al balcón para ver cómo está la calle. Es asqueroso. No puedo abrir las ventanas ni tender la ropa», se lamenta. «Y cuando llega el Womad esta calle es un pantano. Corre el orín. Es horroroso», añade. «El problema es que no hay vigilancia», concluye.
Ni Moreras, ni Muñoz Chaves, ni la Plazuela de Santiago están dentro del recinto de la Ciudad Monumental. Pero forman parte del casco viejo de Cáceres y también son lugares transitados por turistas. A su peso histórico aluden precisamante los vecinos de Santiago en el escrito que han redactado. «Soy vecino de los aledaños de la Plaza Mayor, calles con solera, edificios centenarios, testigos sólidos de lo que un día fue esta ciudad... Por estas calles ha pasado de todo, pero los hechos que acontecen en la actualidad son intolerables e inconcebibles para los tiempos que corren». En el texto los firmantes también proponen la creación «un protocolo eficaz» para las citas multitudinarias que acoge de forma periódica la Plaza Mayor. Y que se garantice a los residentes de la zona «unas mínimas y dignas condiciones de higiene y convivencia».
No es la primera vez que Santiago se moviliza. En mayo de 2009 el grupo scout Sant Yago, cuya sede está en la plazuela, inició una campaña para recuperar este enclave. La idea consistió en enviar al Ayuntamiento un correo electrónico masivo para alertar a los políticos del mal estado en el que se encontraba la zona. Ahora, dos años después, Santiago vuelve a la acción.