miércoles, 23 de junio de 2010

La calle más ruidosa de Cáceres: Santa Gertrudis

EL PERIODICO DE EXTREMADURA

22/06/2010 MARIO Fernández Gracia


En Cáceres se demanda el descanso de sus vecinos ante los ruidos provocados por las zonas de ocio dentro de sus muros, pero existe una calle que se llevaría algún galardón por su intoxicación sonora; todos los días del año, y con mayor incidencia de lunes a viernes, desde las 7.00 a las 22.00 o 23.00, el ruido del tráfico es inmenso en una calle tan estrecha, donde los rugidos de los motores reverberan contra las fachadas, a esto tenemos que sumarle los claxons, la música que nuestros queridos conciudadanos comparten con sus equipos a un volumen capaz de atravesar ventanas.

Cuando el vehículo es pesado: camiones, autobuses, furgones de reparto..., los decibelios aumentan más si cabe; el chirrido de neumáticos y frenos es intolerable, los vehículos pesados usando el freno motor nos revolucionan, es ensordecedor y no exagero, hasta el punto de reconocer sin verlo entre los diferentes autobuses urbanos que nos transportan en nuestra ciudad.

Este veneno acústico se ve intensificado en las horas punta, es decir por la mañana tempranito, al despertar con el trino de los vehículos, al mediodía y hasta la hora tan esperada, a veces, de la siesta; y a última hora de la tarde. Pueda dar que pensar, ¿pero tanto tráfico rodado pasa por esta calle?, es increible queridos vecinos que esta calle soporte tal cantidad de paso rodado, puede ser una arteria vital de la ciudad.

Y esto sucede todos los días, oiga, todos. Bueno todos los días no, el viernes a eso de las 22:00 se calma el tráfico, pero empieza el paso aleatorio de vehículos con el volumen de sus estéreos a altos niveles y el rugido de sus motores en una calle donde el límite es de 40 kilómetros/hora, que ya me parece excesivo para esta calle en concreto. Esto sucede hasta altas horas de la madrugada.

Pero que bien, llega el sábado, el caudal de esta gran arteria se ve mermado bastante, casi ni se nota hasta eso del mediodía: toman el relevo los autobuses de las gentes que visitan nuestra bella y tranquila ciudad, parece que todos los autobuses pasan por esta calle.

El sábado se repite lo del viernes, pero intensificado. Por fin llega el domingo, Día del Señor, del descanso, pero en honor a su nombre, a las 9:00 de la mañana suenan las campanas de la ermita de Santa Gertrudis, y les aseguro que no las tocan ángeles, llamando a su rebaño a la oración. Después de estos minutos de tensión el silencio se apodera de la calle, ya que el domingo el tráfico es casi inexistente y tendremos unas horas de descanso hasta la tarde, donde comenzaremos de nuevo con la querida y esperada rutina.